lunes, 21 de mayo de 2012

Hablando sobre reflexología...

REFLEXOLOGÍA: LA FARMACIA EN TUS PIES, CÚRATE A TI MISMO

Hablar de reflexología es hablar de salud y bienestar. Es aceptar la herencia milenaria de nuestros antepasados que ya la dominaban cuando no existían medicamentos ni centros sanitarios. Reflexología es aprovechar una característica natural con la que nacemos y que el uso del calzado y los pavimentos lisos han ido atrofiando a lo largo de nuestra vida.



A grandes rasgos diríamos que en toda nuestra periferia pero especialmente concentrado en pies, manos, rostro, orejas…todo nuestro cuerpo queda reflejado con terminaciones nerviosas como receptores de señal. Son las zonas reflejas. Estos receptores en la capa profunda de nuestra piel emiten señales electroquímicas que vía médula espinal llegan hasta los órganos diana. El impulso nervioso llega hasta la propia célula reactivando sus funciones, aquellas para las que está programada genéticamente, y para realizar cualquiera de sus funciones hace falta que esté presente la sangre, la sangre trae y lleva todo lo necesario para la vida de la célula.

Ya se ha convertido el impulso nervioso en un impulso circulatorio. Pero el broche final lo pone la homeostasis que es esa “ley interna” que busca el equilibrio orgánico. La célula tomará de la sangre aquello que necesite según su circunstancia actual.

Vemos que siendo la reflexología una capacidad innata a la naturaleza humana es por tanto el método de salud más natural que existe pues se ejecuta cuando caminamos descalzos por terreno agreste.
El peso de nuestro cuerpo y las irregularidades del terreno harán posible esa estimulación a distancia que revitaliza el funcionamiento orgánico. La reflexología actuaría como el “trole” del trolebús.



Nosotros, con el uso indiscriminado del calzado que nos aísla del suelo, con los pavimentos lisos y sin irregularidades, estamos atrofiando esa receptividad para enviar energía eléctrica a nuestros órganos. La reflexología pretende conseguir (de una forma voluntaria y consciente) reproducir el efecto que nuestro caminar descalzo por terreno agreste produciría. Pero ahora, con el conocimiento de la fisiología y anatomía humana podemos darle un efecto sanador y restaurador ante dolencias y trastornos concretos. Con la reflexología devolvemos el equilibrio perdido que es la causa de múltiples enfermedades.

La reflexología es una alternativa rápida, inocua y eficaz ante el uso indiscriminado de medicamentos. Cuando superes con reflexología dolores musculares, de articulaciones, migrañas, estreñimientos, gripes, insomnios, dolores menstruales, etc… en tu botiquín muchos de tus medicamentos caducarán y tu salud irremediablemente mejorará. Esa es la propuesta de la reflexología, por eso se convierte en “la farmacia en tus pies” y para muchos de nosotros no solo es una fuente de salud sino que además se ha convertido en una profesión con futuro.

Adela Carrasco, reflexóloga

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